En El Salvador a mediados del año 2025, un hombre después de una fuerte discusión con su pareja, le.dispara en la cabeza a su hijo de dos años, matándole de forma inmediata. ¿Por qué lo hizo? No supo ni pudo manejar su ira, que le hizo perder la realidad de la situación. ¿Se pudo haber evitado eso? Sí, así es. Si hubiera manejado correctamente su ira.

La ira es una emoción humana normal y una respuesta natural ante situaciones percibidas como amenazantes, injustas o frustrantes. Puede manifestarse de forma intensa, provocando síntomas físicos como el aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, y puede llevar a reacciones como gritar o ser agresivo si no se maneja adecuadamente. Es importante aprender a gestionar la ira para evitar consecuencias negativas en las relaciones y la salud.

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Toda persona en algún momento en su vida, se aíró e inclusive reaccionó mal. Nadie se escapa de esta realidad vivida, la cual muy seguro nos dañó y a otros.

No es malo aírarse, lo malo está en reaccionar mal con palabras y acciones. «Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.» Efesios 4:26-27. Cuando como resultado de la ira hay violencia psicológica, verbal y física, allí está el problema, porque se pudo haber evitado dicha violencia. Puede airarse, pero sin pecar contra Dios, contra usted mismo y contra los demás. Cabe comprender que la paz es el mejor antídoto para la ira. Además procurar no se prolongue ese tiempo de ira, porque hacerlo es darle derecho a Satanás para que actúen en nuestra contra.

Hay tres pasos claves y determinantes en el manejo de la ira. «Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.» Santiago 1:19-20.

  • Ser pronto para oír. Es más importante oír antes a la otra persona. Eso permite entenderle y por lo mismo comprender su malestar emocional y sentimental. Incluso su enojo o ira.
  • Ser tardo para hablar. Oír más para aprender que para responder. La mayoría de las personas leen u oyen para dar respuestas, pero nunca para aprender y crecer interiormente.
  • Ser tardo para airarse. Controlar la reacción retrasa e incluso detiene la aírada respuesta psicológica, verbal y física. No es lo mismo accionar que reaccionar. En la acción se piensa antes de actuar. En la reacción se actúa primero, luego se razona.

Cuando caemos en la ira, no obranos la justicia de Dios. En su justicia el mal es juzgado y el bien recompensado. ¿Ese es el fruto de nuestro enojo? No, por supuesto que no es así. Entonces está claro que en nada es aprobado el resultado de la reacción a la ira. «La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. La lengua de los sabios adornará la sabiduría; Mas la boca de los necios hablará sandeces.» Proverbios 15:1-2.

La salud mental es el punto de partida de todo. Si sanamos del pasado, ese pasado no volverá a aparecer de nuevo. No podrá por lo mismo dañar. Se debe buscar sanar la amargura y el resentimiento, la envidia y el odio, el temor y la vergüenza, la culpa y la falta de perdón, el rencor. Solo así estaremos preparados para enfrentar y resolver cualquier adversidad.  «La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa.» Proverbios 19:11.

La Real Academia Española define la cordura como: Prudencia, sensatez, buen juicio. La cordura se logra cuando se piensa y se razona, el por qué de la situación incómoda y molesta que se vive.

Recuerde se puede airar, pero sin pecar. ¡Usted puede lograrlo! Siga los 3 pasos, al poner a Dios en el primer lugar en su vida. El perdón no es un sentimiento o una emoción, el perdón es una decisión.

• Francisco Gudiel – FG –

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