Los humanos somos seres espirituales y materiales. Tenemos una parte no física y otra  que sí lo es.

Ambas partes son muy importantes en conjunto, ya que forman lo que somos. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:23 Somos seres tripartitos, porque tenemos espíritu, alma y cuerpo.

El ser humano es dado a ponerle mayor interés y énfasis, al cuerpo. Es lo que ve. Es lo que toca. Es lo que percibe. Y por no conocer porque ignora, o por no poner atención a su naturaleza porque vive por vivir el día a día; le pone cuidado únicamente a lo físico. Olvida y descuida lo espiritual,

Y en ese desequilibrio existencial, no se ocupa de su parte inmaterial: Su espíritu y su alma. Siendo estas lo más importante de su vida. Aquí residen lo actual y lo futuro de su vida, ya que deja de trabajar en su pasado que no le deja vivir su presente y tampoco su futuro. Se vuelve una persona materialista.

Allí nace precisamente su desequilibrio existencial. Llegando a creer, sentir y pensar que lo único importante en su vida es la ropa, la comida, el carro, el dinero, el perfume, el estudio, la relación de pareja y más que todo en lo sexual, la casa, el trabajo, los viajes e incluso la salud, etc. Con esta actitud el ser humano sólo se ocupa del alimento material, volviéndose egoísta, soberbio y altivo.

Cayendo en la errónea creencia que no hay alimento espiritual alguno. Cuando lo que al final de cuentas determina nuestro mundo y existencia física, es lo espiritual. Todo sin excepción alguna, nace en lo espiritual. Y todo lo espiritual, nace en Dios nuestro creador.

Por lo que sí desconocemos o ignoramos a Dios y no tenemos una relación viva con El, todo se viene a pique, tarde o temprano. Entonces cabe preguntarnos, ¿Dónde podemos buscar y conocer a Dios? Y la respuesta es clara y tajante: En La Biblia la Palabra de Dios, no en la iglesia. Porque hay iglesias que lo que menos enseñan es La Biblia, llevando a sus miembros a ser manoseadas sus mentes y sus corazones por personas inescrupulosas, desobedientes, rebeldes y oportunistas.

Entiéndase iglesia lo que es una congregación. ¿No se debe entonces asistir a una iglesia? Por supuesto que sí, pero sabiendo escoger que tenga una sana doctrina en fe y práctica. Es en esa sana congregación, que recibirá su alimento espiritual. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Hebreos 10:24-25

¿Asiste ya y es parte de una congregación? Siga asistiendo y de una forma activa y constante. No asista de forma eventual. Desarrolle además el ministerio al cual Dios le llamó cuando fue salvo al aceptar a Jesús como su único y suficiente Salvador. Siga creciendo espiritualmente.

Su vida material como espiritual son importantes. Ambas forman su presente y su futuro, y sanan su pasado.

• Francisco Gudiel – FG –

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