«… usted no vive día a día un matrimonio. Usted tiene un matrimonio. Pero vive una relación de pareja.» Francisco Gudiel

1a. Parte

Amigos Por Admiración

Si lo que vivimos es una relación de pareja, entonces es necesario e imperativo vivirla, a pesar de… y en medio de…

En la primera parte aprendimos que la relación de pareja es amigos por admiración, novios y luego esposos por amor, además amantes por deseo sexual.

¿Qué es amigos por admiración? Bueno muy fácil de entender. «En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.» Proverbios 17:17. El amigo siempre está allí para uno. El amigo puede y quiere ser amigo, porque tiene admiración por uno. La admiración es la puerta hacia la amistad, y la mantiene a través del paso de los años. No hay temor ni miedo hablar lo que fuera, hay libertad fundamentada en la confianza.

Uno platica con la persona que admira, no con la tonta que desprecia o menosprecia. Lo que dice y cómo lo dice, es su mejor ingrediente. Uno se agrada pasar tiempo con quién admira por lo que es, por lo que hace, por dónde está. La admiración es el denotante de la amistad, porque  provoca entusiasmo al ver y escuchar a ese alguien. Por ejemplo la perseverancia con la que hace las cosas, el valor y determinación para enfrentar la vida, el compromiso que le pone a todo en lo que se involucra, su lealtad cuando los demás son desleales y traidores, su fuerza y su firmeza cuando otros caen o cobardemente huyen.

¿Cómo empezó usted una relación con alguien del sexo opuesto? Con amistad que dio lugar a buscarse, salir juntos a comer a pasear. Es decir, esa persona tenía mucho de lo que nosotros admiramos en otros. Nos caía bien su presencia, no digamos su compañía. He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; Tus ojos entre tus guedejas como de paloma; Tus cabellos como manada de cabras Que se recuestan en las laderas de Galaad. Cantares 4:1 ¿Qué vemos aquí? Admiración que va desde lo físico hasta lo emocional, sentimental, e incluso lo espiritual. Cantares 2:2 Como el lirio entre los espinos, Así es mi amiga entre las doncellas.

Cuando inició su relación de pareja, la platica era el principal ingrediente de esa relación de amigos. Hablaban de todo, porque cualquier tema era importante, teniendo la platica mucho contenido. Había respeto, comprensión y aceptación. Había admiración, no únicamente atracción física. Uno no se enamora de la persona mas guapa y bella del grupo; ya que el físico atrae pero el carácter enamora.

Cómo es esa persona al enfrentar la vida y resolver sus situaciones, sus éxitos y logros en medio de adversidades, sus reacciones a lo imprevisto y sorpresivo del día a día, incluso la forma para enfrentar su fracaso cuando este llega. Eso es el carácter que provoca admiración y el que con el tiempo, enamora.

Es importante aquí entender que si al paso de los años usted logra mantener la admiración de su pareja por usted, tendrá siempre a su lado a un amigo, una amiga leal. No es alguien perfecto sin errores, no. Es alguien que sabe arrepentirse y sabe pedir perdón. Su arrepentimiento no lo demuestra únicamente con palabras, sino también con hechos.

La vida es un viaje largo siendo a veces pesado y escabroso, tocando entonces escoger a la persona mejor acompañante, para  que ese viaje sea agradable y placentero, a pesar de… y en medio de…

¿Qué nos queda por hacer? Cultivar nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestros valores y principios. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:8.

Si desea seguir siendo una persona admirada por su pareja, crezca y mejore en todo. Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! Isaías 5:20.

Dios está a su favor, no lo dude. Eso sí, haga las cosas bien como deben y tienen que ser hechas. Sea una persona ofertante y no una demandante.

3a. Parte

• Francisco Gudiel – FG –