
La familia es lo único que se tiene para toda la vida, aún cuando se rompa el vínculo de amor y de relación en un momento dado. Más temprano que tarde podríamos necesitar de ella y ¿sabe?, allí estará la familia para nosotros y recibirnos de nuevo.
La familia es la célula básica en donde se aprenden los valores fundamentales para el desarrollo y progreso de la sociedad.
• Habitat Para La Humanidad – México
Pero ¿Cuál es la base de la familia? Porque si la familia es la base de ls sociedad, la familia entonces debe ser y permanecer fuerte, firme y estable.
Aquí cabe hacerse otra pregunta. ¿Dónde nace la familia? Y la respuesta clara es, en la pareja de hombre y mujer que se admiran, aman y desean. Un hombre y una mujer viviendo juntos son en sí ya una familia. Mas aún cuando llegan los hijos y esta pareja se vuelven papá y mamá.
La familia es el lugar y espacio para nacer, crecer y multiplicarse. Incluso para morir. Ese lugar debe ser seguro, lleno de amor y de oportunidades para desarrollar los sueños y anhelos. Se espera que la familia entienda, acepte y participe en nuestro crecimiento tanto espiritual, emocional y físico.
Los hijos estarán mejor, si los padres están bien. Los hijos estarán peor, si los padres están mal. Si papá y mamá están bien entre ellos como pareja, los hijos estarán mucho mejor; pero si no es así la situación de los hijos será calamitosa. La base de cada familia son la pareja de papá y mamá. Ellos dos son el fundamento de su familia.
Los niños necesitan un ambiente y atmósfera de paz y seguridad, algo que únicamente se lo pueden dar sus padres, es decir papá y mamá. Por lo que es necesario ningún niño sea testigo ocular de los pleitos de los padres. La violencia sea psicológica, verbal o física crean un ambiente de temor, de miedo e incluso de profunda tristeza y frustración. Un niño triste y frustrado sufre mucho, se hace inseguro y hasta puede llegar a sentir deseos de venganza contra uno o inclusive contra ambos padres. ¿Cómo es posible que aquellos a quienes ama y admira le fallen así? Eso el niño no lo puede entender, mucho menos aceptar. Y eso no peoducirá nada bueno en la vida presente ni futura del niño.
Si los padres no pueden ni quieren cambiar, lo mejor es que se separen. El niño hijo de padres separados será infeliz, pero lo será mucho más, viendo y oyendo a sus padres maltratarse, insultarse y golpearse a diario. Eso no es vida para ningún adulto, mucho menos para un niño. No se vale, ni es justo negarle a un niño su felicidad, menos aún si ese niño es un hijo, que a propósito no pidió nacer con unos padres así para tener una familia así. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efesios 6:4
Ese niño se merece unos mejores padres, que sean responsables y esforzados por cuidar su mente, sus emociones y sus sentimientos.
Porque un niño con conflictos de miedo, temor e inseguridad provocados por la violencia que viven sus padres, se hace un inválido emocional. No podrá emfrentar y resolver con éxito y realización la vida. Será una persona dependiente de otros, o en el otro extremo, será alguien que vivirá solitario por no saber manejar su voluntad, sus emociones y sentimientos. ¿Quieren eso para sus hijos papás y mamás? Creo que no.
Nadie nos enseña a ser buenos papás y buenas mamás. Eso se aprende cuando se llega a tener hijos. Fácil es señalar y juzgar a los padres, hasta que uno llega a ser un papá o una mamá. Lamentable que esos papás y esas mamás, no acepten ni asuman su responsabilidad, escudándose en esto y aquello para justificar su conducta. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. Colosenses 3:21. Están dañando el espíritu, el alma y el cuerpo de sus hijos. Y sabiendo esto ¡no cambian!
No se trata de dar únicamente lo material, es necesario e imperativo también dar lo emocional y sentimental. Y aquí entra otra parte clave y determinante para la vida presente y futura. Y esta es lo espiritual. A veces, se piensa que si se da casa, comida, ropa, estudio, dinero, juguetes, etc, ya fue suficiente. Pero no es así. Lo espiritual, lo emocional y lo sentimental son parte de la vida de cada niño, como es lo físico.
La situación explota cuando ese niño se hace un adolescente o un jóven. Porque muchos buscan la forma más rápida para salir de esa casa llena de violencia psicológica, verbal y física. Y es cuando se van de casa, lejos de papá y mamá. Huyendo de eso que tanto les ha dañado el alma, que desde niños han sufrido en doloroso silencio. Cabe preguntar aquí, ¿Están capacitados y aptos para salir de casa así? Definitivamente no, pero no les queda otra. Se expondrán a ser presa fácil de.las fieras humanas que se les crucen en su camino, porque su alma y su carácter les fue trastocado por sus padres con sus desacuerdos, desaveniencias y pleitos constantes.
Cuando crezcan esos hijos y deseen ser algo en la vida serán el papá y la mamá quienes les apoyen, les animen y estimulen a lograrlo. Son papá y mamá quienes siempre estarán allí para ser apoyo, ayuda y fuente de sabio y oportuno consejo.
Ustedes papá y mamá son la base de su familia. De ustedes depende mucho de lo que sus niños son ahora, y de lo que ellos serán cuando sean adultos. Es tiempo de enmendar lo que sea necesario. Y si no pueden solos que es lo mas seguro, busquen ayuda. ¡Háganlo por sus hijos! Busquen ser felices como pareja y llenen el lugar de papá y de mamá que ese niño tanto necesita. ¡Actúen ya! Que se acabe esa violencia psicológica, verbal y física entre ustedes.
Una pregunta más. ¿A qué inspiran a sus hijos? Ustedes son su fuente de inspiración. Cuando los hijos aún admiran a su papá y a su mamá, todo se puede arreglar. Después ya no. Si llegan a perder la admiración de sus hijos, será cuesta arriba lo que tendrán por delante. No se trata de ser perfectos. Se trata de ser honestos, es decir sinceros, claros y no manipuladores.
La familia debe ser un lugar de paz, armonía y acogedor, en la cual cada miembro de ella se sienta seguro, amado, valorado y respetado. Los niños quieren verlo en sus padres, en su relación de pareja.
¿Quiere que sus hijos amen y anhelen llegar a casa? Bueno. ¡Ya sabe lo que tiene que hacer! Pero además…. ¡Ya sabe también lo que tiene que dejar de hacer!
• Francisco Gudiel – FG –
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